Puesta de sol
Puesta de sol cuenta una historia trágica cuya tensión extrema solo se suaviza por las incursiones de Pedro, el narrador, en el mundo del trabajo y de la picaresca porteña a través del arte de vender alfombras orientales (o fantasías sobre alfombras orientales ) que halaguen los deseos y la vanidad ajenas. Mordaz, inconveniente, políticamente incorrecto, ajeno a los lugares comunes del humanitarismo y del sentimentalismo, este texto de intensa escritura no es sin duda apto para los que busquen en la literatura evasiones o consolaciones discretas.